América dejó la perfección en Coapa, el campeón lo intentó de todas las maneras posibles, pero nunca pudo derribar la muralla del Necaxa para repartir puntos con un 0-0 en el Estadio Victoria.
Lo que parecía una fiesta más de la gira “América campeón 2024”, con un 80 por ciento de las gradas vestidas con los colores de las Águilas, pasó rápidamente a ser un encuentro soso y con pocas oportunidades. Richard Sánchez fue el culpable del cambio cuando recibió la quinta expulsión de su carrera, luego de un manotazo a Alejandro Mayorga que le hizo sangrar del párpado.
Curiosamente, el lateral tuvo el primer tanto momentos antes pero Luis Malagón le tapó el mano a mano, y tras la lesión no pudo continuar en el partido.
Un par de jugadas después desapareció la ventaja numérica para Necaxa con una acción similar de Diber Cambindo a la cara de Sebastián Cáceres. En un principio se calificó con tarjeta amarilla, pero de nuevo el VAR hizo cambiar de decisión y el ex de Cruz Azul se fue a las regaderas.
Con 10 hombres cada conjunto, el juego se tornó lento y cerrado. La única oportunidad de peligro fue un disparo cruzado de Ricardo Monreal que desvió Malagón. No pasó más en el primer episodio, con todo y los 12 minutos agregados.
Para el complemento, Jardine dio ingreso a Diego Valdés, Julián Quiñones y Brian Rodríguez con lo que América recuperó el dominio y se dedicó a bombardear sin éxito con centros al Necaxa, que simplemente esperó el contragolpe.
El ritmo lento se esfumó hasta el agregado cuando Édgar Méndez cedió a un solitario Alejandro Andrade en el área, quien no supo definir y Malagón se quedó con el balón. De inmediato, América respondió con otro contragolpe pero la defensiva evitó el disparo de Rodríguez.
Julián Quiñones tuvo el gol con un frentazo en tiro de esquina, pero el balón se estrelló dramáticamente en el poste. “Rayito” lo intentó nuevamente con un tiro centro desde la izquierda, pero el arquero de los locales alcanzó a manotear de manera milagrosa.
Con sufrimiento y drama, Necaxa dio una lección de cómo parar en seco al campeón, quien por primera vez en el torneo no suma de a tres.
